Después de que una persona ha sido diagnosticada con cáncer, la prioridad es encontrar un tratamiento para el cáncer que logre detener los efectos de la enfermedad; sin embargo, los efectos secundarios y síntomas derivados de dicho tratamiento también deben ser aliviados con ayuda de cuidados paliativos.
Ser cuidador de un paciente con cáncer es una labor para la que la mayoría de las personas no se siente preparada, ya que se necesita tiempo para adaptarse a los cambios que el paciente experimentará.
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