El linfedema es una acumulación de líquido linfático que, por lo general, ocurre en brazos y piernas, causando inflamación y malestar. Es necesario controlarlo desde sus etapas iniciales, ya que puede provocar problemas más graves o afección crónica y de largo plazo.
De acuerdo con la American Cancer Society, el líquido linfático que circula por nuestro cuerpo nos ayuda a combatir infecciones, ya que contiene proteínas, agua, sales y glóbulos blancos. Sin embargo, en pacientes con cáncer, es común la acumulación de este líquido en ciertas partes del cuerpo, lo que causa linfedema.
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Causas que podrían originar la acumulación de líquido linfático
Esta afección es común en pacientes con cáncer debido a que suele darse después del tratamiento para el cáncer o posterior a las cirugías para tratarla. Estos son algunos de los factores que lo pueden ocasionar.
- Haber extirpado ganglios linfáticos durante una cirugía oncológica.
- Haber recibido radioterapia y que esta haya podido afectar ganglios y/o vasos linfáticos.
- Tener otros padecimientos, como artritis, eczema -inflamación de la piel- o enfermedades cardiovasculares.
- Sufrir cambios genéticos que pudieran afectar al sistema linfático.
- Tener lesiones o traumas en otras partes del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas del linfedema?
De acuerdo con la American Society of Clinical Oncology (ASCO), el linfedema es más frecuente en personas que han recibido tratamiento contra el cáncer de mama, de vías urinarias, vejiga, riñones, próstata o testículos. Estos son los síntomas que suele presentar el linfedema:
- Hinchazón y sensación de pesadez en un brazo o en una pierna.
- Disminución de la flexibilidad del área afectada.
- Que accesorios como anillos o relojes se sientan mucho más ajustados, de un día para otro.
- Dolor, molestias y tensión en la zona afectada.
- Enrojecimiento o engrosamiento de la piel.
- Presentar ampollas que comiencen a supurar líquido transparente.
- Si el linfedema se produce en la cabeza, puede comenzar con hinchazón de los ojos, labios, cara, cuello o debajo del mentón.
- Dificultad para mover la mandíbula, el cuello o los hombros.
- Tener dificultad para hablar, tragar o respirar.
- Tener congestión nasal o presentar un dolor duradero e inexplicable en el oído medio.
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¿Cómo se puede tratar el linfedema?
Una vez que el especialista haya diagnosticado linfedema, se determinará el tratamiento adecuado para tratarlo, el cual puede variar de paciente a paciente. Sin embargo, las primeras acciones para aminorar las molestias y tratar la acumulación de líquido suelen ser las siguientes:
- Reducir lo más posible la hinchazón de la zona afectada.
- De acuerdo con el diagnóstico previo, prevenir posibles infecciones.
- Mejorar el aspecto y la funcionalidad de la parte del cuerpo afectada.
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